sábado, febrero 17, 2007

Sueño

Mi padre , que no paraba de insultarme, repentinamente, se convirtió en un ratón. Un pequeño ratón que aún desde el suelo me miraba desafiante, furioso.
No lo pensé. Lo aplasté de un pisotón.
Ningún ratón legítimo se hubiera quedado quieto. Pero él seguía odiándome, aún ratón.
Había matado a mi padre.
Salí desesperado a la calle. Creo que quería avisarle a mi madre.
Súbitamente, una multitud de lobos y elefantes marinos cruzaron por la senda peatonal.
Entendí que había perdido la razón.
Los vecinos empezaron a gritar que alguién había matado a Italo, el dueño del puesto de diarios.
Corrí nuevamente a mi departamento y un Obispo revolvía mis pertenencias mientras un ratón ensangrentado aun chillaba y se arrastraba hacia mí.