domingo, octubre 14, 2007

Majestad

En el último tiempo he estdo en contacto con mucha ficción para niños. Especialmente, películas de anmación basadas en lo que llamamos cuentos de hadas. Quizás con la única excapción de shrek, todas las historias presentan a los miembros de la realeza como modelos estéticos y morales.
No sé si los miembros de la realeza han sido históricamente bellos, pero de haber sido así, el príncipe Carlos debe ser una excepción a la regla.
En el otro aspecto, mi impresión es que ningún miembro de una familia que se cree designado por Dios para regir a los otros hombres, es de temer y se ha olvidado de tomar las pastillas.
Escandalosamente, ni siquéran honran el valor judeocristiano del trabajo; ya que ninguno hace mucho esfuerzo para conseguir su pan de cada día.
Llamo, desde esta tribuna, a la promoción de figuras mucho más positivas y promotoras de valores elevados y ajenos a estas frivolidades.
¡Dios salve a Bob Esponja!