lunes, mayo 12, 2008

Drogas (I)

El médico me mandó a tomar una cajita de como cincuenta comprimidos de Lorazepam cuando se dió cuenta de que iba a necesitar hablar con alguien que entendiera algo mas de angustias y no tanto de cataplasmas y fue muy específico: "hasta que consigas ayuda".
Estas pastas me proporcionaban un estado de somnolencia que resaltaba lo desgraciado que me sentía.
Pero los miércoles por la tarde y los sábados por la mañana me sentía tontamente feliz.