Hace unos días, haciéndole un favor a mi compañera -que se dedica a corregir textos- me topé con la fachada de una importante casa funeraria.
En la la vidriera del establecimiento rezaba: "Capitales Argentinos con Tecnología Española".
Desconozco cuales son los avances en la tecnología del funeral pero supongo que están relacionados con cuestiones como la conservación de los restos y la ergonomía de las manijas de los ataúdes.
Este pequeño incidente ha despertado en mí una atención inusual para con las casas mortuorias y hoy pude ver otra leyenda inquietante: "Funerales Propios".
¿Se refieren tal vez a la cada vez mas habitual tercerización de servicios? Así, la mortaja la brinda una empresa pero, esta, al igual que la que confecciona el traje de madera, son sólo contratistas que trabajan para un emporio de la angustia que, a su vez no tiene ni una camioneta pintada de negro pues existe una firma de logística cadavérica que les brinda servicios.
Siendo este el caso, queda claro que la firma que vi hoy es una buena opción y ahorra potenciales disgustos en un momento absolutamente inconveniente.
Pero si acaso el sentido de la palabra "propios" alude a la corrección de los mismos, al grado de respeto que el protagonista de la situación recibe de la empresa la situación no deja de ser inquietante.
Imaginemos que ante la pérdida de un estimado conocido vemos que su receptáculo final es lanzado dentro de una furgoneta llena de damajuanas con el mismo ímpetu que, cuenta la leyenda, las sandías en las areas de descarga de los supermercados.
Ante esta circunstancia, el anuncio, es aún mas confortante, pues nadie se encuentra de ánimo como para sobrellevar semejante incordio.
Ya sabe, si piensan morirse, pida un "funeral propio" en todos los sentidos de la palabra.
Aunque mi sugerencia final será: Ante esta y otras muchas dudas... Por esas mismas dudas, no se mueran.
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