martes, agosto 05, 2008

Soy una oveja eléctrica

blade_runner3.jpgEn los momentos finales de Blade Runner, Deckard regresa a su departamento buscando a Rachel, la replicante de la que se ha enamorado. La replicante que no se sabía como tal.


Cuando descubre que, para su asombro, Gaff no la ha exterminado, le propone huir con él con destino incierto. Ella acepta.


Deckard se detiene en la puerta del departamento para vigilar la huida de Rachel al ascensor del edificio y repara en un objeto en el suelo:


Un pequeño origami. Un unicornio de papel. Un unicornio como el de sus sueños.


Entonces entiende que él tambien es un ser sintético. Un androide que sueña con los sueños eléctricos que la corporación Tyrell le ha implantado. Gaff, amante del origami, lo sabía. Pero por alguna razón, tál vez, porque de todos modos tanto él como Rachel tienen una fecha de caducidad, como todo producto, los ha dejado en libertad en el último instante.


Ninguno de los dos va a sobrevivir.


¿Por qué cuento el final de una película?


Porque hoy me senté frente al escritorio de mi psiquiatra y sucedió algo muy extraño.


Me sentía especialmente animado y el doctor me preguntó a que se debía.


Luego de varios días nublados, el sol de esta fresca mañana me resultó especialmente reconfortante, por lo que concluí en que esa era la razón.


-El sol -dijo el doctor. Y sonrió.


-Sí. Me gusta el sol -pensé en voz alta.


La conversación velozmente se alejó de nuestra estrella y viró hacia tópicos inusualmente gratos. Por un momento casi me pregunte qué hacía ahi.


Al salir de su despacho siempre atravieso solo la pequeña sala de estar hacia la puerta del departamento en la que alguna rara vez algún otro paciente aguarda. No era el caso hoy.


Repentinamente algo llamó mi atención. El doctor ya había cerrado la puerta de su consulta por lo que no pudo ser testigo. Alguien había dejado en la pequeña mesa ratona un sol o estrella de papel. Hecho con la página de una de las revistas que duermen el sueño de los justos en esa sala de espera.


Alguien vio mi sol. Alguien sabe que es lo que sueño. Alguien sabe cuanto tiempo me queda.


No soy real.


Y sin embargo duele.



1 comments:

la doctora yvonne dijo...

Pienso que si te gusta el sol quizás deberías ahorrar plata para irte al caribe, o a alguna playa de Brasil. Aunque por lo que vi en tu foto, tu piel es muy sensible.
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