Le dije, entonces, que la gente se muere pero quedan las cosas que estas personas dejan.
El viernes tuve oportunidad, gracias a la cordial invitación de MaxD, de asistir a un rito muy especial: la inauguración de una muestra cuyo propósito era rendir homenaje a Alfredo Yacussi, a través de una selección de su trabajo, principalmente, como escultor.
Al principio observé las piezas, pero al rato comencé a notar como una modesta y amable multitud comenzaba a ocupar el salón destinado a la muestra: amigos, familiares y compañeros del artista parecian, en ese acto de admiración, traer a este lado de las cosas al artista, que dicen se fue hace ya varios años.
No tuve trato con Alfredo y no sé si se apareciese de visita por acá si lo reconocería, pero, si se me permite el atrevimiento, me parece que ese pequeño gentío lo trajo de vuelta por un rato. A un astrónomo, un hombre de ciencia, de razón, le pareció verlo emerger de una de sus obras.
Si no me creen a mí, a lo mejor le pueden creer a él.
5 comments:
Es una linda interpretación de lo que a mí me gustaría resulte significando la muestra. Tengo cierta sensación dicotómica entre una dimensión mágica y artística de ese momento. Me gusta dejarme llevar por la parte mágica y pensar que papá estuvo por ahí, por otro lado me gustaría que la obra sea reconocida por su valor artístico. En fin, complicado...
Eso está resuelto: El responsable del museo dijo que Alfredo Yacussi no era escultor. Dijo que era un mago.
Recuerdo a tupac mirando desde la pared. El corazon colectivo y las manos materas en la repisa. Dificil si posible desconectar el valor personal del artistico...
Me alegro que todo haya ido bien y me hubiese gustado estar ahi!
/ar
Muy buen post. Me ayudó a imaginar el clima de la inauguración de la muestra. Y lo primero que escuché en mi cabeza cuando vi la imagen fue la frase de ¨un hombre alado extraña la tierra¨.
Si iba a tocar Cerati ya era demasiado
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