lunes, febrero 11, 2008

Zoo

Mirar a la gente en la playa es como mirar a las criaturas cautivas en un zoológico.
Estábamos en la arena tratando de ignorar lo desértico del asunto y el polar viento cuando ellos llegaron.
Dos hombres de entre cincuenta y sesenta años, una mujer rolliza de una edad más incierta con el cabello corto y platinado. Completaban la manada tres chicas, también abundantes y niño de un año-creo.
Se instalaron junto a nosotros aún cuando la playa estaba desierta obstruyendo mi vista del mar por lo que no me quedó manera de evitar mirarlos.
Cómo los "espejos", esos soldados cubanos y yanquis en Guantánamo, que se vigilan de manera recíproca, de repente no nos quedó otra que mirarnos.
Comencé a tratar de entender los vínculos del grupo:
La señora platinada estaba a todas luces casada con uno de estos hombres contemporáneos.el más gordo de los dos resultó ser su mitad lo que podría confirmar la hipótesis topológica de Platón acerca del amor como el reencuentro de mitades de un cuerpo cercenado.
Ahora tenía que desentrañar el resto de los vínculos.
Las tres chicas parecían hermanas y sin duda, su pulposa contextura las conectaba genéticamente con la señora del rejuvenecedor corte de pelo y de su esposo.
El niño jugaba con el otro cincuentón y eso me hizo suponer que se trataba de abuelo.
¿Dónde estában los padres?
Repentinamente la adolescente de pechos más generosos reveló la razón de su prominente delantera. Sin levantarse de la lona sobre la que yacía se descubrió un pecho y sin mediar palabra alguna el niño corrió a los tumbos a beberse a su improbable madre.
En principio, aparté la vista pero luego recordé la impunidad de mis lentes oscuras y continue estudiando a la familia.
Tras adorar los pechos el niño continuó sus juegos ahora con sus ahora acreditadas tias.
Su madre estaba por darme la revelación final.
Acomodó sus tetas en su corpiño y se puso de pie sólo para sentarse sobre el cincuentón que antes jugaba con el niño y ahora jugaba con sus nalgas mientras ambos reían.
Todo estaba resuelto así que me quejé del viento y levantamos campamento.
Ellos también se fueron.

6 comments:

Anónimo dijo...

"La señora platinada estaba a todas luces casada con uno de estos hombres contemporáneos.el más gordo de los dos resultó ser su mitad lo que podría confirmar la hipótesis topológica de Platón acerca del amor como el reencuentro de mitades de un cuerpo cercenado."

Sublime!! ROFL

Marcos dijo...

!Gracias público!
¿ROFL?

MaxD dijo...

Dibuje, maestro! Es cierto que la playa un excelente laboratorio social, encontrás todo tipo de especímenes en estado de cuasi-naturaleza, esto es: casi en bolas y sin hacer prácticamente nada. Felicitaciones por la investigación.
ROFL parece un acrónimo de Flor, y yo te digo: ¡33!

Anónimo dijo...

ROFL = rolling on the floor laughing

= recag... de risa :)

Marcos dijo...

No se jugar al truco. No aprendí ni en la facultad.

MaxD dijo...

Si te sirve de consuelo, conozco masomenos las reglas pero apesto jugando. Soy de goma mintiendo.