Estas últimas semanas no puedo escribir nada. No puedo escribir porque para escribir necesito soñar un poco. Y no puedo soñar porque no puedo dormir.
No duermo porque mi enemigo –porque tengo un enemigo- ha salido de su letargo para perturbarme.
Algunos dicen que no debo preocuparme. Otros dicen que está loco, que en realidad no puede dañarme. Hay quien dice que, en realidad, está acabado.
Lo cierto es que no puedo soñar. Lo que pasa dentro de mi cráneo es un preludio sin fin de una batalla que no llega pero que igual atormenta.
Como no puedo soñar mientras trato de dormir, mi incontrolable imaginación planea finales posibles.
Mientras tanto, me pregunto :¿Cómo ira esto a terminar?.
3 comments:
En momentos asi lo mejor es sumergirse en un buen libro.
aca me espera les enfants terribles de cocteau (no se si sera bueno pero lo sospecho).
caramba, ya me parecía raro tanto silencio... te acompaño desde lejos con lo que puedo. Algunos salames dicen que soñar no cuesta nada pero yo sé que no es así nomás. Abrazo, che.
¡Cuánta intriga! ¿Enemigo? ¿Final? ¿Batalla?
Ya veo que el insomnio está haciendo estragos.
Te entiendo.
Si podés, salí a correr, a moverte, a jugar al fútbol, al tenis, o lo que sea que practiques, o simplemente a caminar, te ayudará a despejarte, a imaginar más finales y a cansar un poco el cuerpo. Tal vez esto último te ayude a descansar mejor después.
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