miércoles, junio 17, 2009

La muerte de otro

La muerte siempre me hace pensar en este poema de Reinaldo Arenas:

 

No es el muerto quien provoca el estupor,
es la sorpresa de ver como olvidamos
su propia muerte, nuestro gran dolor.
Queda el muerto, nosotros nos marchamos.

No es el muerto, no, quien se retira.
Somos nosotros que vamos discutiendo,
sobre el cadáver que mudo nos mira,
la posibilidad de seguir sobrevivivendo.

Cuando en la memoria al muerto divisamos
(juegos del tiempo, macabro escanciador)
no es pues al muerto a quien estamos viendo:

Somos nosotros que tétricos quedamos
al ver cómo miramos sin horror
al que en el gran horror se va pudriendo

(La Habana, 1970) de “La voluntad de vivir manifestándose”

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2 comments:

MaxD dijo...

Buena cita. Lástima que la Revolución decidió hacerle la vida imposible en lugar de permitirse contar con su pluma.

Euphoria dijo...

Lo extraño, nunca pensé que me iba a afectar tanto, todos los días pienso en él, en cómo me gustaba escuchar sus comentarios brillantes y ser testigo de su enorme talento.
La radio no es la misma, no será la misma nunca más.