sábado, junio 13, 2009

La pérdida del significante y el encuentro del sujeto

En el último día de clases de 1985, un abismo se presentó frente a mí: el fin de la escuela primaria, con la consiguiente diáspora de amigos y compañeros.
En ese momento de zozobra, ella se acercó y me obsequió un señalador con unas líneas escritas en el dorso.
Sin saberlo, creo, me dejó algún tipo de marca. Un estigma benigno que me ayudaría a sobrellevar lo que un amigo, que conocí unos años después, llama "la época en la que las chicas te escupen".
Durante años atesoré esa afectuosa esquela y recientemente, la desaparición de la distancia que tanto temía Felipe, el amigo de Mafalda, ha traído a aquella niña devenida en mujer a mi bandeja de entrada.
Me pareció que se le había perdido algo de significante y se lo hice saber. Me pregunté luego si esa pérdida habría causado algún cambio sustancial en ella, como sujeto.
Tal vez se deba a que ha tenido que dejar un poco de si para hacer ese pequeño que veo en la foto acompañándola.
No llegué a nada muy concluyente así que decidí buscar ese señalador para ver otra vez esa vieja caricia.
Pero no lo encontré. Definitivamente algo del significante se ha perdido.
El significado, como se vé, sigue aquí conmigo.
Por si esa vez no te lo dije:
Gracias,muchas gracias.
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