domingo, septiembre 06, 2009

La paradoja del embalaje de la mudanza.

Preludio de la mudanza, el empaquetado o embalado de las pertenencias, provoca la peculiar circunstancia de hallar cosas que no el sujeto no buscaba en modo alguno.
Así aparecen esos libros que uno preferiría donar, hasta que la discusión concluye en el reconocimiento de la propiedad ajena de los mismos y en la imposibilidad de mudarlos a la venta benéfica del Ejercito de Salvación.
En esta línea descubrimos discos compactos, videocassetes e incluso polaroids que nos veremos obligados a retornar a una constelación de amigos, familiares y profesionales de la salud mental a quienes habíamos jurado por la memoria y paz celestial de nuestros muertos que dichos objetos no se encontraban en nuestro poder.
Finalmente, advertimos que nuestras pertenencias no son tantas y que el flete bien podrían pagarlo esos ingenuos que inundaron con sus préstamos nuestra vivienda, creando la ilusión de que nos estaba quedando pequeña. Ilusión que ha provocado la mudanza.
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1 comments:

MaxD dijo...

Yo diría más. Cobrales la guarda por todos estos años y te mudás a una casa todavía más grande. Obviamente aggiornate con una oferta más moderna: clasificando libros, CDs y fotos para que el propietario sepa que están a mejor resguardo con vos que con ellos.

(Felicitaciones por el cambio, espero conocer la casa nueva pronto)